paula badosa Se estrella en el tercer round con la mochila cargada de ilusión y es una garra que perdió el rumbo tras la lesión en la espalda. Brazos en alto et sonrisa amplia por fin cuando los sueños de Yulia Putintseva caminan por el pasillo y puede tomarse toda la adrenalina que ha visto acumulada en dos horas de juego y tres sets de buen rendimiento (4-6, 6-1 años 7 -5). Dos tríos consecutivos en París y trabajando para construir este cuerpo y confiar en la cabeza.
No hablaba bien español a los 26 años. Pues, como en su papel ante Katie Boulter, después de haber logrado romper su favor y aguantar el impulso del 5-2, en el baño animado, de fe y creerse que podía. Hablé con mi empresario, Pol Toledo, quien insiste en que juega contra su rival y no contra ella. Porque había entrado en este período del que no salía ni veía la luz al final de otro túnel emocional muy oscuro.
No se pueden conectar buenos intercambios e inserciones con todos. En otros lugares de la roja también hubo un volcán Putintseva que homenajeó a los hombres de España que abandonaron el conjunto principal.
Sin embargo, Badosa, 139 del mundo, sabe que hay más, que todavía tiene que dejar lo mismo de la educación partidaria y concentrarse en ello. Los trumpicones, pero vienen al serenarse para conseguir que el ritmo del encuentro sea al son de su marcaba. Por eso desdeñó a Putintseva al inicio de la segunda parte y, aunque era un ejemplo de una hora por la luz, que ya no había aparecido en esta edición de Roland Garros, Badosa confiaba en la serenidad.
A la Vuelta, la Badosa de los mejores tiempos. Limpio encima, no duda en mover al rival y aflojarlo, y aguanta para quedarse con los puntos pesando en los intercambios más largos. Sin caer ni caer, un 6-1 enseguida y el mejor Badosa en tercera. Porque tras Putintseva agarró y disparó mucho más allá de la línea de fondo, pero no alcanzó a la española.
Al contrario, se aplica porque está acordado que el tenis está ahí, en su mano, que es el único que tiene lo que quiere. Fue empujado en los juegos posteriores con la apariencia iluminada por los pequeños rayos del suelo que se mancharán antes de volar para oscurecer el cielo. Pero Badosa la había abierto de lado a lado. Sonrisa y brazos al cielo para abrir el tercer round tras otras remontadas de las que tanto habían caracterizado en ese momento quienes intentaron recuperarse antes de la lesión.
Y al día siguiente, más emociones, su rival es su amiga Aryna Sabalenka. Pero hoy es una hora para ganar y seguir creando.
