Alemania 2 – Dinamarca 0: Alemania, agitación a cuatro bandas

La primera parte en Dortmund lo es todo. Rodillo estuvo los primeros cinco minutos, levantándose, atormentado por la electricidad y más granizada que provocó la suspensión del partido durante 25 minutos y la oportunidad final de Hojlund, en el minuto de la prórroga, que silenció el Signal Iduna Park.

Alemania fue la Alemania siempre entre el uno y el membrillo. Cinco tiros a puerta, cinco tiros al córner, un gol anulado y Dinamarca encerrada en su zona. En varias ocasiones hemos visto este inicio de juego en tierras teutónicas, pero el golfo del golf casi se sitúa por encima del juego. El que anunció Schlotterbeck, en el minuto 4, estuvo bien anotado por Oliver. Durante el bloqueo anterior del partido central del Borussia, Kimmich se posicionó sobre la carrera de un Skov Olsen que, precisamente, fue el defensa responsable del autor de este momento.

Estafa Schmeichel En la versión de Papa Peter, agua en bolsas para todos los niños, Dinamarca impuzó a creer y crecer. En el minuto 20, un pase de cinco metros entró en el espacio de Eriksen, donde pellizcó el centro de media cancha con tanta habilidad que no pudo llegar. Su desaparición, con el interior, fue interceptada en su momento por Rudiger, rápidamente como los correcaminos para corregir el agujero defensivo teutón.

Estaba igual y sano el partido, que hacía el papel de titular en lugar de Wirtz, desesperado en el apogeo de sus infinitas conductas. Dondequiera que esto venga, es un pedazo de vida. Jugador, claramente, sobrevalorado. La flecha está en la parte inferior, en contraste con la flecha hacia atrás de Hojlund. El líder del United es un maestro del juego de espaldas, un concepto fundamental en el contexto del partido de Dinamarca que debe salir de su zona para algún día dejar al alemán.

Ariete tuvo realmente la mejor oportunidad del primer encuentro, en una contra dirigida por Skov Olsen y remató el '9' con un punto ante la salida de Neuer, que hizo un gran trabajo para evitar el 0-1. Fue la última acción de un largo primero con 70 minutos, marcado por la suspensión en los 35 minutos que siguieron a un giro considerable que se produjo muy cerca del estadio. A continuación, una manta de agua. Así, en el partido participó Michael Oliver, que es del Newcastle, pero debe tener alma del desierto.

Los primeros ocho minutos de la segunda parte marcaron el punto culminante del desenlace del partido. A los 48, le suena a Andersen. En el minuto 53, penaltis para la defensa danesa y gol de Havertz. Del 0-1, celebrado con cervezas al viento por parte de la afición danesa, al 1-0.

El disparo colocado en el centro del Crystal Palace fue realizado por un militar de Delaney, justo por la acción previa. El camping Anderlecht recibió en el límite de la zona un pequeño globo girado ante la cabeza de Hojbjerg, pero éste se encontraba en una posición antirreglamentaria. El juego semiautomático no debería estar en el lugar de los muchachos. También es fútbol con tecnología.

La sentencia de Musiala

Cuatro minutos después, Andersen dejó su brazo derecho en un centro del espacio. Imprudencia castigada con penaltis, tras una llamada del VAR a Michael Oliver. El tanto alemán se desnudó frente a la defensa danesa, y más tarde empezó a correr el segundo. Havertz claramente salió de la mano a los 57 años, pero no lo habría sido. Musiala en el 68.

A cuatro metros de Schlotterbeck, Andersen parece el coyote del lado del jugador del Bayern, Schmeichel es muy centenario y después de dos pasos hacia adelante se apresura y se dirige a su conserje y desde allí solo puede mirar como Musiala la pone sobre la roja con la dentro de su botella derecha. 2-0 y cinco minutos de juego a Turquía no le queda más. El anfitrión espera a España (o Georgia).